Existe un antes y un después en
la vida de todo librero, en realidad, en la vida de cualquiera que trabaje en
atención al cliente. Yo creo que cuando Wilde escribió eso de: “Cuanto más
conozco a las personas más quiero a mi perro” lo hizo después de pasar una
temporada trabajando cara al público.
Y la pregunta es : ¿Por qué? ¿Por
qué nos convertimos en seres abominables como clientes cuando luego como vecinos
todos dirían de nosotros : “ehh uhmmm pues era buena persona, pagaba todos los
recibos de la comunidad”?
Tanto tiempo tras un mostrador me
ha permitido hacer mi propio y personal estudio antropológico descubriendo múltiples
tipos de clientes. Ahí van algunos:
El gilipollas integral: se define por una marcada tendencia a tocarte
las pelotas ya básicamente con su simple aparición. Molesta y punto.
El librero en prácticas: este vendría a ser aquel que pretende saber
más que tú. Las propias preguntas que te hace se las autocontesta: “Si, lo
tienes en stock”, “ Lo ví en aquella estantería”, “No, no, ahí no está, está en
esa mesa”,”No, pero sácame uno más nuevo de los que tienes en el lineal”. Si
sabes tanto para qué me preguntas/molestas……TONTO DEL CULO!
El que se metió tiempo atrás un palo por el culo y no puede sacárselo:
todo aquel cliente ansioso por demostrar su gran intelectualidad, su amplia y
vasta cultura y su saber en literatura en un intento no de compartir su
sabiduría contigo sino de quedar por encima de tí….Es entonces cuando uno saca
los superpoderes del librero: “Ejem, pues cuando estuve en La Sorbonne haciendo mi
tesis de literatura comparada centroeuropea y norasiática en la época del
Imperio Austrohúngaro” ZAS EN TODA LA
BOCA !!! es tan placentero ver su cara de :” A ver, mapa
mental de Asia, ¿Qué país dice?...a ver, y esto del imperio, ¿what???..ehhmmm,
pues, muchas gracias por todo,eh, gracias” “De nada, un placer, vuelva pronto”
El clasista: siempre los hay que consideran a los vendedores como
gente sin estudios muertos de hambre. “No, de ese autor no tenemos nada” “Pero,
¿Seguro que lo has escrito bien, mira que se escribe con V, te lo deletreo?” No,
gracias, e imbécil se escribe sin H y se deletrea I M B É C I L.
El narcisista: aquel que se cree tan importante que saca a relucir a
la mínima sus méritos en la vida.“Mira, es que soy abogado y estoy buscando un
libro.” “Hola, estaba buscando un libro, es que soy arquitecto, ¿sabes?” Pues,
no, no lo sabía pero, vamos, que me importa tres pimientos.
Este tipo es una combinación de otros dos: El librero en prácticas que
se metió tiempo atrás un palo por el culo y no puede sacárselo: “Hola, sí,
vengo buscando el último de Tolstoi” “Glup, glup,….bueno, último, último, tampoco
es que haya publicado nada últimamente…” “Si, si, hombre, vamos..jejeje el
último es Anna Karenina”…”GLUP, ahhh, dices una reedición” “No, no, de
reedición nada, es el último que ha publicado, lo he visto en una revista”
Bueno, teniendo en cuenta que el pobre Lev murió en 1910, dudo que haya
publicado nada, pero, si tú lo dices…toma, Anna Karenina, de 1867…Lev desde su
tumba te envía saludos….
El creyente: todo cliente que tiene un fe ciega en tus poderes
paranormales para adivinar las cosas: “Estoy buscando un libro” “Perfecto,
¿cuál? “ No sé” DANGER, DANGER!! “Es así pequeño, rojo y es una historia de
amor, ¿te suena?”. Evidentemente no….pero, vamos, que con esa información hemos
reducido las opciones a unos 6000 libros.
El provocador: no es más ni menos que aquel que con un frase corta,
contudente e inocente es capaz de aumentar tus niveles de bilirribuna: “Y ¿en
qué formato lo quiere? ¿Normal o bolsillo?” “No sé, para leer”
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
El pedante idiomático: el clásico estudiante de idiomas que quiere
demostrar cuán rápido avanza: “Estoy buscando un libro en inglés” “Dígame…” “A
guachuveri veri garrrrrrrrrrrrr” “Perdone, ¿Me puede repetir el título?” Suspiro
de impaciencia del fuck-client: “ A guachuveri veri garrrrrrrrrrrrrrrrrrr....”
“Ajá, ahora ya, es que mi accent es más de Austin, Texas y claro,el de las
Highlands escocesas no lo tengo tan controlado….CATETO!!!
El inventor de títulos: aquel cliente que te suelta los títulos y
apáñatelas para descifrar qué quiere…Aunque hay que reconocer que se lo curran
mucho e incluso a veces superan al original…El cuidador del campo (y buscaba:
tachán! “El guardián entre el centeno”), La voz que no habla (“La voz dormida”),
Los reyes juegan (“Juego de tronos”), En la playa con Kafka (“Kafka en la
orilla”), El Cervantes del Quijote (bueno, para este, no tengo palabras), A lo
mejor voy si tú vas (“Si tú me dices ven lo dejo todo”), Tela (“Seda”… tela,
contigo, chavala!…), Buscando algo que he perdido (¿la neurona que tuviste
alguna vez? “En busca del tiempo perdido”) ¿Para qué necesita un librero un
Brain Trainning con desafíos como éstos?
El incapaz de asumir la realidad: esa clase de cliente que no es capaz
de asumir que la vida es injusta a veces y no siempre encuentras lo que buscas.
“¿Hola, tienes X?” “Pues, no, no queda” “¿Entonces no tienes ninguno?”
Pensamiento del librero: Hablamos los dos castellano, no puede ser tan complejo
entendernos.. no queda significa 0, nada, ninguno. Respuesta del librero: “No,
ninguno, lo siento” “Pero, ¿ni siquiera en el almacén te queda alguno?” Estamos
entrando en un bucle peligroso….Nooooo, has picado,bobo, en el almacén tengo
uno guardado SÓLO para ti, sabía que vendrías a por él…. Arggggggggggh
De este tipo existe la
versión Noche de Reyes (es decir, 5 de enero a las 23’45h) “Vaya, no hay, y
ahora ¿yo qué hago?” Mírame a la cara, ¿Notas que me importe algo?
El que necesita urgentemente renovar su certificado de escolaridad:
“Mira, es que no paro de buscar y no encuentro la P , de Pérez Reverte” Claro, es que la P siempre estuvo detrás la O y antes de la Q , jamás detrás de la H.
El resto,que todavía que hay más
tipos, los dejaremos para otro día….
Muchas gracias por tu participación!!!
Porqué soy recepcionista?
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