jueves, 12 de enero de 2012

La primera anécdota que os cuento...

Os quiero contar una situación con un cliente estas navidades.

Para poneros en antecedentes os diré que el cliente de nacionalidad Italiana es lo más tonto que ha parido madre. Como lo leéis. Ryanair ha hecho mucho daño a este país. Cuando os deis cuenta que el 80% de las veces, los protagonistas de mis anécdotas son italianos, me daréis la razón. De todas formas estoy preparando una clasificación de clientes por nacionalidades, con sus características más notorias.

Como os decía, era víspera de las fiestas de navidad, y son fechas muy malas para encontrarles restaurantes a los clientes, porque el que va a abrir en fiestas no tiene sitio, el que no está cerrado, y así sucesivamente con todos los restaurantes de la ciudad.

Cierta noche se me acerca un cliente (italiano, of course) con un post-it en la mano. En este post-it llevaba escrito una serie de restaurantes con sus direcciones. El cliente me pide que le indique cual de todos los restaurantes está más cerca. (En este punto debo aclarar que me hizo mucha ilusión que un cliente fuera capaz de buscarse los restaurantes solito... Es algo que me emociona, la verdad...) Yo le pongo un orden numérico, "el numero 1 es el que se encuentra más cerca", le explico, "el 2 es el segundo más cerca".

Pareció entenderlo.

Me dio las gracias y se marchó.

Al dia siguiente, se me acerca el mismo cliente y me pregunta, con el post-it en la mano, si le puedo marcar qué restaurante está más cerca de todos. Yo, confundida en extremo, le miro a la cara, le miro el post-it, miro mis números, y estando absolutamente convencida que es gilipollas le contesto:

"Soy la misma de ayer"

A lo que el cliente responde: "Ah, perdona, es que como te has recogido el pelo no te había reconocido".

Aquí quiero detener la anécdota, ya que se dio media vuelta y se fue, lo que viene a continuación son conclusiones personales mías.

1. El cliente me da a pensar que no se fiaba de lo que le dije el día anterior, puesto que iba a pedir de nuevo consejo al recepcionista.

2. A mi no me preguntó qué tal se comía en los restaurantes, sino que me pidió las distancias. Las distancias son las que son, te las diga yo o te las diga Rita la cantaora.

3. Lo de recogerme el pelo es una manía asquerosa que tengo, pero junto con la de lavarme la cara por las mañanas, estoy intentando dejarla...

Por supuesto, con la respuesta que le dí, no volvió a preguntarme nada, pero quien sabe si a mis compañeros...


¿¿¿Porqué soy recepcionista????

1 comentario:

  1. Creo que va ser cosa del cambio de aires, se ve que el español no les sienta muy bien

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